La Alianza Charis entró en la región de África central en 1918, perseverando a través de tremendos obstáculos físicos y espirituales antes de disfrutar del fruto de sus labores. Al principio, las iglesias se añadieron una a una, hasta que los líderes locales fueron formados y asumieron la responsabilidad de fomentar un movimiento de multiplicación de iglesias. Para cuando las potencias coloniales concedieron la independencia en la región, las iglesias de la Alianza Charis estaban firmemente establecidas en la República Centroafricana y el Chad (1960). La migración al vecino Camerún dio lugar a la formación de decenas de iglesias, que fueron reconocidas formalmente en el 2003. Los africanos también están llevando la Buena Nueva de Jesucristo a la vecina República Democrática del Congo (1987), la República del Congo (1998), Nigeria (2005) y Sudán (2009).
Actualmente, en África hay más de 3.000 iglesias asociadas a la Alianza Charis, y cientos de Puntos de Luz. Los africanos están liderando el reclutamiento, la formación y el despliegue de plantadores de iglesias. Y aportan a la Alianza Charis un rico legado de sacrificio, alegría en medio del sufrimiento, pasión evangelizadora y compromiso con el ministerio holístico.